domingo, 1 de marzo de 2015

La semana con nombre

Le gustaba comer y mucho, en los restaurantes veía el menú y escogía el platillo con el nombre más extravagante que prepararan en el lugar, escamoles, balut, fugu, haggis, etc. Uno no sabe lo que le gusta, hasta que tiene elementos para comparar, decía.

Sabía cocinar, pero no era experto, se guiaba gracias a un viejo recetario; le gustaba cocinar en la privacidad de su cocina y rara vez cocinaba para los demás, tenía un par de excelentes recetas básicas, sin embargo no le gustaba compartirlas porque según decía, las personas no apreciaban su comida, ellas solo disfrutan de la comida tradicional.

 Sin embargo había algo en lo que sí era un especialista, le gustaba hornear pies; no podía pasar más de un par de semanas sin cocinar uno, a pesar que por preecripción médica debía de abstener de comer algo tan dulce como sus pies.

Todo comenzó cuando encontró un cuaderno sin pasta y bastante viejo, en él estaban escritas las recetas de su abuela, las cuales no tenían nombre y solo estaban enumeradas; eran diversas recetas saladas y al final, la receta No. 25 una receta especial, un pie de frambuesas. Esa receta le llamó la atención sobre todo porque contaba con una foto instantánea de su abuela "Luca" con el pie de frambuesa recién salido del horno, ahí estaba, su abuela cuando aún no se hacían evidentes las marcas de la edad,  y así como hoy, en la fotografía mostraba su gran vivacidad y esa sonrisa de oreja a oreja de siempre.

Lamentablemente nunca se había decidido a hornear un pie de frambuesas, ya que siempre había escuchado que hornear frutas silvestres era una tarea muy delicada, necesitaba gran cuidado; la mayoría del tiempo la preparación se pasaba y ya no se podía comer, o bien perdía la consistencia, así que se volvía un relleno agüado que ya dentro de la masa del pie, la debilitaba, haciendo que esta no durara en pie más de un par de horas, hasta que finalmente pereciera una masa desordeanada, sin forma y ensangrentada de un líquido purpura, que no apetecía para ser comida y posiblemente terminaría en la basura, junto a otros muchos intentos parecidos.

Aunque poco se le puede culpar de ser poco valiente para experimentar; él había comenzado a hornear pies, como todo ser cauto; empezando por un básico y aburrido pie de manzana,  rico y satisfactorio... pero con escases de magia y gran sabor.

Lo cual luego, lo llevó a buscar algo que le diera ese toque de extravagancia en su cocina, por lo que pasó a utilizar unas peras que llevaban en su cocina un par de días y no había sabido como prepararlas; al terminar esa tarde, quedó satisfecho y feliz, tan agradable encontró su pie de peras, que hasta pensó en regalarle un pedazo a su vecina "la mañanera".

Era "la mañanera" porque ese era el nombre que le puso él y se lo puso porque no tenía idea de cual sería el verdadero, no sabía nada de ella, no le hablaba, no la saludaba o hacia contacto visual, pero la veía cada mañana, al salir de la casa; él la bautizó con ese nombre porque tenía que tener alguno, no podía llamarla simplemente "ella" o "vecina", pues según él, todo objeto o sujeto que tuviera un nombre, existía y si existía, ocupaba  un espacio en su mundo.

Y respecto a sus pies, desde que horneó el de pera, supo que tendría que ir buscando frutas distintas, pues si todas daban un resultado tan bueno como las peras, era momento de experimentar; así dejar por un lado las recetas tan básicas como manzana, piña o melocotón, las cuales se podían encontrar en las pastelerías y no causaba gran reto poder hornearlas.

Se fue la época fría y por ende las peras, como generalmente sucedía con las cosas buenas con las que se iba acostumbrando.

Siguió rompiendo costumbres, así que una mañana otro día, su afán de no compartir su habilidad en la cocina tuvo que quitarse, pues ese día llegarían sus amigos a cenar; inventó miles de excusas, mentiras, posponiendo la fecha de la reunión, hasta que finalmente cedió.

Ahí estaba, buscando en su recetario alguna preparación especial, iba y venía por toda la cocina asegurándose que contara con todos los ingredientes para la pasta que les cocinaría. Pasó horas picando, mezclando, hirviendo, sazonando y horneando los platillos... secretamente feliz porque alguien los probaría.

Durmió feliz y satisfecho, sus platillos no fueron alabados, ni rechazados, solamente aceptados y bien degustados, justo el punto medio que le indicaba sinceridad de parte de sus amigos "Los voses".

Y el resultado de esa noche, duró toda la semana, pues en el transcurso de la misma, se la pasó pensando en la siguiente oportunidad para dar a conocer las otras recetas y de paso, ponerles su nombre personal. Tan ocupado estaba que no pensó  en evadir el saludo de "la mañanera", tampoco se quejó del tráfico, no criticó a nadie del trabajo y mucho menos se desgustó por las noticias de la prensa; esa semana fue suya, solo para él, una semana egoísta y propia.

Tan suya fue esa semana "Feliz", que se vio comprando fresas, arándanos, moras y frabuesas para hacer un pie, no para preparar uno igual al de la abuela; era para hacer uno y él mismo ponerle el nombre.


miércoles, 27 de marzo de 2013

Ciclos y estaciones


La arena pasó sus veranos seca,
sedienta que llegara por fin la ola 
que con su viene y va
por fin se quedara.

Ven, acércate
pero con cuidado, silencioso, poco a poco
vamos a recorrer las estaciones
justo ahora es verano ¿te das cuenta?

el sol está en su punto,
el mar está intranquilo, 
la marea ahora siempre es alta
cada ola una señal en la arena traza
¿lees el mensaje?

Acompáñame a la primavera
quiero darte una flor
sí, un pequeño capullo
tal vez si lo cuidas
se vuelva una bella flor.

Ven conmigo, 
pasaremos al otoño
un alborotado viento, las hojas botó
con sus distintos tonos
lo que antes a un árbol decoró,
reunámoslas juntos
así me sentiré mejor.

Contemplemos el invierno
una fría estación
que a la piel resiente
ese helado torrente
haciendo estragos pasa
sin darse cuenta 
que tanto marca.

Apresúrate,
ven a ver
los ciclos de la luna, 
riamos y juguemos a adormecernos 
así tal vez, 
ese atardecer maduro
no me alcance.

Vamos,
procuremos no llegar tarde
a contemplar juntos
los cambios de estación.

domingo, 17 de febrero de 2013

Preguntas y más preguntas

¿Qué pasaría si de repente, ves que todo lo establecido no es más, que una mentira muy bien elaborada; que todo eso que te rige ya no es más una base confiable?

¿Qué tal si, todo aquello en que pusiste tu fe o tu confianza se desmorona, o que el velo que cubre las mentiras, fuese quitado de sorpresa?

Y qué si, de un momento a otro, te quitas los lentes y te das cuenta que sin ellos ves mejor; o talvez un día de estos, casualmente te haces conciente que la balanza de la vida, siempre estuvo alterada, mostrando un equilibrio falso.

¿Quién nos asegura, que nuestra fijación al suelo es real? o será también, una idea más, la cual fue previamente construida y luego nos fue vendida.

Nuestra persona podrá apropiarse ciertas creencias, pero podrá acaso, concientemente comprobar que realmente le pertenecen. Acaso son verdaderamente propios, nuestros ideales ¿son tuyos, son míos, de quién son? 

¿Nosotros mismos los concebimos y comprobamos, luego de una experiencia propia?, o será que nuestra estructura mental nos miente, talvez nuestro pensamiento no es más que una copia, hecha de tal forma, que ni tu, ni yo, encontráramos las herramientas con las cuales poder contradecirlas.

Quien sabe, de repente fuimos moldeados para cazar perfectamente en nuestro ambiente; de manera, que la mayoría no encontrara dificultad alguna, evitando así,  caulquier oportunidad para pensar y/o discutir, porque igual, la comodidad de que "al parecer encajo bien", no nos mueve de lugar.

Y talvez, tan solo somos un grupo en el cual; todo está bien media vez se cumpla con sus normas, sean cual fuesen estas; más, si en algún momento se nos ocurre que no nos sentimos tan cómodos como pensamos, o talvez que en otro lugar del rompecabezas estaríamos mejor, la supuesta apertura al diálogo se cierra.


Nos irá bien, seremos felices y bienvenidos; si logramos ocupar el espacio que tenemos y no más, pasar desapercibidos y parecer del montón; llevar la vida cual recorrido,  pero sin detenernos a observar, caminar por caminar.

Sí muy bonito todo aquello, lástima que el supuesto pre-establecimiento me resulte tan aburrido; de lo contrario todo sería más fácil y yo me encontraría viendo T.V., mientras río a carcajadas por patéticos chistes en doble sentido o talvez, llorando por una trágica historia de amor; quizá preocupada por aquel conflicto familiar,que mágicamente se resuelve al finalizar los 40 minutos.

lunes, 4 de febrero de 2013

Es

Es un buen día
para eludir normas
y ver el sol directamente

es un buen día
para omitir comentarios
opinar real y libremente

es un buen día
para eliminar prejuicios
y acercarme sin miedo

es un buen día
para borrar la seriedad
y reír a carcajadas

es un buen día
para botar muros
y acercar la lejanía

es un buen día
para quitar lo establecido
y empezar a improvisar

es un buen día
para romper la rutina
y fugarse leyendo

es un buen día
para perder el celular
ver a la cara y tener una conversación real

es un buen día
para obviar el reloj
y dedicar tiempo a lo que sí interesa

es un buen día
para ensordecer el ruido
y escuchar el murmullo de la naturaleza

es un buen día
para rechazar la comodidad
y valerse por sí mismo

es un buen día
para olvidar el calendario
y repetir de nuevo, el hoy.

sábado, 2 de febrero de 2013

Aquí nada se vió

Yo digo que es despiste
tu apuestas indiferencia
finalmente es cosa de conciencia
decir que nada viste

ocultas tus ideas
bloqueas pensamientos
sonries a momentos
nada ya deseas

nadie les dijo calla
tampoco les amenazaron
otras cosas les mostraron
frente a la pantalla

No hubo discusión
nadar con la corriente
inalterable ambiente,

mejor sin resolución

Lo que hoy duele
mañana no molestará
en el baúl quedará
esperando no se cuele.

viernes, 14 de diciembre de 2012

No son dos, son tres

Se encuentra caminando sin sentido, el paso es rítmico y monótono, va trotando, jadeando, sudando; nadie lo persigue, pero él teme ser seguido; nadie lo ve, pero sufre al pensar en ser visto.
Teme, pero su temor es inconcebible; es de noche, está lloviznando y absolutamente nadie está en la calle, excepto él.
Todos están es su casa, arropados, tranquilos y disfrutando de esa noche en familia; pero él no, así que luchando contra el confort; salió a hacer el recorrido ésta precisa noche, por muy oscura y fría que esté.

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Se prepara para su siguiente acción, tiene un pendiente, mediante un murmuro poco audible repasa el texto que tiene en la mano; se detiene en una sección, mueve la cabeza como negando, sus ojos siguen fijos pero perdidos en el vacío, luego toma conciencia de nuevo; levanta la mirada y camina lentamente hacía esa pequeña ventana que da a la calle, corre la cortina (la cual le queda demasiado grande a la ventana) y contempla.

Toma nuevamente la hoja, la mira y con desgano ve  esa sección, realizada ya esta acción; relee todo el texto de nuevo y poco a poco empieza a doblar el papel. Lo hace metódicamente, dobla la hoja a la mitad, creando dos partes perfectas y remarca el dobles; lo dobla nuevamente y remarca el dobles; ahora tiene un cuadrado, pero como jamás le han gustado los números pares, y este cuadrado le molesta al tener cuatro ángulos; intenta resolver su molestia rápidamente, toma el cuadrado y lo dobla sobre su arista, remarca afanosamente el dobles y viendo su creación, sonríe ampliamente al ver un triángulo isósceles.

Que se puede decir, es una persona de gustos sencillos, rutinas mecanizadas, acciones metódicas y emociones imperceptibles; por lo tanto, el que tenga ésta actividad pendiente de realizar, le ha dado a su vivir ese matiz sobre el cual no se siente cómodo; más ve necesario, para equilibrar su vida tan rutinaria.


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Abre la puerta y al hacerlo un torrente de aire frío le saluda como insinuando: "vamos a ver, que tan valiente eres", acto seguido, se sube el zipper de su chaqueta, se pone la capucha, pero a pesar de ello, el frío sigue presente.

Ya afuera, se frota las manos y en seguida las mete dentro de las bolsas a los costados de su chaqueta; voltea a ver rápidamente a ambos lados de la calle, como buscando encontrar a alguien, pero no, absolutamente nadie se aparece. Complacido de saber que no hay nadie afuera, cierra la puerta de su casa, le pone doble llave, pone el pasador y cierra con candado; empieza a caminar, pero hay algo que lo impacienta, no recuerda haber cerrado correctamente la puerta.

Se detiene y empieza a caminar de nuevo hacía su casa, se encuentra frente a la puerta, mete la llave y se asegura de que tiene seguro, luego mueve el candado, para verificar que esté bien cerrado; confirma que cerró bien, voltea y antes de empezar a caminar de nuevo, verifica si hay alguien más caminando por la calle, no visualiza a alguna persona, entonces tranquilo empieza otra vez a hacer su recorrido.

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Su alarma sonó, eran las 5:00 am y como era costumbre, a la tercera vez que timbró su reloj, medio dormido aún, se levantó de golpe y ya de pie se dispuso a empezar su ya conocida rutina que consistía en levantarse de la cama, en el mismo instante en que él despertaba, metódicamente desvestirse e irse a bañar, luego del baño el cual era de 10 minutos, se disponía vestirse con la ropa que ordenadamente ya había dispuesto desde el inicio de la semana; luego de esto, se dirigía al baño donde únicamente inspeccionaba el largo de su cabello, el cual llevaba a la rapa, ya que según él, esto le hacía ahorrarse la desquiciada acción de peinarse, procedía a lavar sus dientes en lo cual invertía más tiempo que en bañarse.

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"Que no me encuentre a alguien, que no me encuentre a alguien, mientras no lo haga, todo estará bien" iba diciendo mientras hacía aquella caminata, su intranquilidad le jugaba bromas, le hacía ver peatones que caminaban ansiosamente hacía él, le hacía oír sonidos de pasos que corrían para alcanzarle; miraba personas asomándose por la ventana, viéndole con ojos acusativos. Pero no, nada de esto sucedía realmente, eran percepciones imaginarias, de las cuales se daba cuenta, cuando se detenía y al querer ver con más detalle estas ilusiones, se daba cuenta que realmente allí no había nada.
Entonces, continuaba con un paso más acelerado, mientras intentaba recordar al pie de la letra, las descripciones que ella le hacía sobre el recorrido que realizaba cada noche.


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Desde muy chico aprendió que la compañía únicamente le estorbaba, había sido hijo único por 5 años y todo fluía muy bien, la atención de sus padres era únicamente para él, su madre se desvivía en cuidados y cariños para complacer a su pequeño; el amor hacía él era bastante grande, talvez porque ellos pensaron que no podían procrear, pero sorpresivamente él había llegado a su vida, por lo que lo cuidaban como aquel que ha recibido un regalo único de mucho valor.
Así pasaba su vida, siendo el centro de atención; hasta el día  en que su madre subiendo y bajando, haciendo diversas tareas, empezó a marearse y cayendo exhausta en su cama, durmió toda la tarde; luego de eso, el comportamiento de su madre se hizo más extraño, constantemente tomaba pastillas, vivía con dolor, se le hinchaban sus pies, ya no era tan activa como antes y a cada poco le veía agachada vomitando en el baño; agregando a eso que en su casa se empezaba a vivir un ambiente de secreto silencio; meses después, cuando ya se hacía evidente una protuberancia en la panza de su madre y antes que él decidiera preguntar, sus padres le comentaron a su hijo que tendría un hermanito, pero que no le dijera a nadie, que sería una sorpresa; aunque lo que realmente ellos querían, era guardar el secreto del embarazo, temiendo que resultara igual que los anteriores, en un aborto espontáneo.


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Conforme pasaron los minutos, él siguió caminando, su paso dejó de ser torpe y su soltura se hizo obvia; empezó a caminar con parsimonia intentando ubicarse en esas calle las cuales por primera vez recorría.
Ella me hablaba de una pequeña casa de tejados azules, por allí está; también me comentaba sobre el amplio jardín frondoso con tulipanes, rosas y claveles, los cuales eran de color blanco, por allá se encuentran; ¿dónde estará la casa de varios niveles, la única de ladrillos en toda la cuadra?; siguió caminando siguiendo las pistas de los lugares sobre los cuales ella le hablaba, caminaba recto, viendo por primera vez en persona, todos los detalles sobre tejados, animales, plantas y diseños inmobiliarios que le describía; supuso que por todo lo anterior, ella esperaba que fueran las ocho pm para salir a caminar y hacer el mismo recorrido.

Por último llegó a una pequeña casa hecha de madera, la única en medio de la nada, estaba rodeada de un campo mal cuidado, pero la casa en sí, daba la impresión de ser acogedora; era tal y como ella siempre la había descrito; una estructura de una sola planta, con tejados rojos y una puerta cobriza sin ángulos rectos, todo era igual a lo imaginado, hasta que pasó algo inesperado, se encendió una luz, lo cual permitía visualizar el interior; una familia de tres integrantes, compartían juntos la cena; papá, mamá y un infante que aparentaba tener unos cinco años, conversaban y comían amenamente, tenían un semblante tranquilo, el cual combinaba con el ambiente hogareño que  les rodeaba.


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Querido:
El modo en que llegaste a mi vida fue bastante extraño; yo no me esperaba que ese hombre con ojos apagados, cabello rapado, boina roja y lentes redondos, llamaría mi atención, pero aquí estamos, después de este tiempo juntos debo decirte que el destino jugó adecuadamente; ¿de qué otra manera pudimos haber coincidido esa mañana? Nadie más tiende a tomarse la molestia de subir las gradas a un piso tan alto, menos cuando hay rápidos elevadores para utilizar y el tiempo transcurre en cuenta regresiva.
Aunque debo confesarte, que cuando te vi, jamás pensé que llegarías a ser alguien en mi vida, eso, hasta que conversamos por primera vez y tu franqueza  me pareció tan atractiva.
Lamentablemente eso cambió con el tiempo, ahora tu franqueza me es como un golpe en la mejilla.
Nunca quise que me dieras explicaciones sobre demasiadas cosas, jamás se me ocurrió discutir sobre tu hábito de levantarte de madrugada aún en los días de descanso, no entendí porque debías de asegurarte una y otra vez acerca de la cerradura de la puerta, cuando yo te decía que había cerrado correctamente; tampoco dije palabra alguna cuando durante mis recorridos nocturnos tú nunca aceptaste acompañarme,  a pesar que te lo supliqué y aún sigue extrañándome esa desconocida brillantes que denotaban tus ojos al contarte sobre las cosas que percibía en la caminata, y que al final me hacía conformarme solo con eso, solo con contarte; además de ello, fui complaciente con el hecho de realizar una agenda estructurada sobre nuestras actividades y llevar una cuenta exacta sobre las cosas que consumíamos y usábamos; también aguanté las llamadas: "actividades familiares", las cuales se resumían a comer juntos pero silenciosamente durante los tiempos de comida, a leer juntos yo el periódico y tu un libro, a jugar juntos ajedrez y visitar a mis padres de vez en cuando; pero jamás a los tuyos.
No discutí por nada de lo anterior, al contrario lo llegué a aceptar, porque aceptar eso, era aceptarte a ti.
Lastimosamente, cuando llegó tu turno de ser condescendiente, no lo hiciste; al principio pensaba que tu negativa se debía al miedo y que con el tiempo se te pasaría; gran error, presentí mal, ahora sé muy bien que si no fue ayer, no será hoy y menos mañana.
Así que hoy dejo de suplicar, pedir e implorar; un hijo, no es un objeto que se tenga que rogar para tener, es un ser que debe regalarse con ansiosa alegría. 
Pero no te preocupes, ahora dejaré de insistir; pues se que no es el miedo el que te detiene, es tu falta de amor hacía mi, hacía nosotros, hacía el que pudo ser tu hijo; te dejo para poder caminar por mi verdadera vereda, a la cual siempre fuiste invitado, pero jamás quisiste recorrer; espero puedas encontrar tu propio trayecto, el cual supongo será en soledad, igual siempre te sentiste mejor solo.

Con aprecio,
Helen





martes, 11 de diciembre de 2012

Pórtese bien

Con el siguiente texto, deseo dar a conocer parte de la represión femenina que aún hoy muchas mujeres sufren; así mismo presento mi molestia respecto a la falta de equidad de género, la cual en forma de poema intento plasmar:


Un vestidito para la nena
zapatitos de charol
y un suetercito aunque haga calor.

 Tranquilita y sin molestar,
las niñas muy bien se debe portar
¡ALTO, USTED NO DEBE CORRER!
las mujercitas a su bebé deben mecer
 
Chis, los carritos no debe tocar
aléjese de los niños,
con ellos no debe jugar,
mejor agarre sus trastecitos
y vamos a jugar.
 
¿Qué porque no puede correr?
acaso usted un niño quiere ser
No sea tontita, vuelva a su deber
hágale trenzas a su hermanita,
quiero que la peine bien.

 Las risitas cuando estés sola,
no la quiero volver a escuchar reír,
un joven muchacho la puede oír,
las mujercitas decentes
muy serias deben ir.
 
No sea haragana,
levántese ya
con el oficio debe ayudar
¡Cállese o despertará
a sus hermanos o a su papá!
 
Sshhh
Haga silencio
Sea cortés
Sea complaciente
¿Me ha entendido bien?
 
¿Un ojo morado?
no me venga con quejas,
él es su esposo y a él no lo dejas.

¿Un cuello marcado?
Si yo te lo advertí,
con un hombre no se vale discutir.

Calla, recapacita
Una marca, un moretón, eso se quieta;
pero un divorcio, eso no amerita.
No olvides que la sociedad,
En todo se fija.